Cada día que pasa parece un atraso. No avanzo, no consigo superarlo. No me ha dejado mi novia ni se ha muerto recientemente ningún familiar cercano, y doy las gracias a quien sea porque esas dos cosas siguen en orden. Es algo mío: mi problema. No me apetece nombrarlo aquí ya que me gustaría mantenerlo no en secreto, pero sí un poco menos a la luz. Estoy sentado en un McDonald's de Londres, son las 23:11 pm y en vez de disfrutar del viaje, estoy llorando. Le he pedido a Dios ayuda, y o está muy ocupado y no me escucha, o se toma demasiado en serio que no rece ni vaya a misa, o quizá que sólo lo llame cuando de verdad estoy mal. Yo sé que puedo superarlo, porque puedo con todo, pero me va a costar mucho. Muchísimo. SPNN.
Jesús Alonso Lorenzo
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