sábado, 3 de marzo de 2012

Aquella sala donde el ruido se apoderaba de todo

     Y allí estaban, hablando los unos con los otros. El bullicio era inmenso. Parecía aquello una clase de colegio y nadie actuaba para remediar la situación. Los gritos eran la manera más educada de reclamar lo deseado y no se privaban de acompañar ese panorama con empujones e insultos. ¿Dónde vivíamos? ¿Cómo habíamos llegado a aquella situación? Difícil... o quizá no.
     De repente, todos cesaron en su intento por demostrar quién podía elevar la voz al nivel más alto y un abrumador silencio llenó la sala. Todos miraban atónitos hacia arriba, pero en el techo no había nada. Ahora mi pregunta es: ¿Hay algo? ¿Han estado todos estos sentimientos gritando para apoderarse de mi por alguna razón? Los que más alto mostraban su intento por gobernar eran Felicidad y Tristeza.
     Yo soy esa sala, y como dueño de ella, pongo como norma que seas tú la que elija al próximo gobernador. Lo dejo en tus manos.
                                                                                                                                     Jesús Alonso Lorenzo

2 comentarios:

  1. Vale, es tremendo de verdad.
    No es por hacer la pelota, pero escribes demasiado bien, intenta mezclar el realismo con lo abstracto y te sale realmente clavado.
    Un beso.

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    1. ¡Muchas gracias! Me alegro de que te haya gustado y de que aprecies de esa manera lo que he puesto. ¡Otro beso para ti! :D

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